Cuando
dejé de jugar
El
10 del 10 de 1953, cuando yo era practicamente una niña salí a
trabajar fuera de mi casa a Zaragoza y estuve unos años trabajando
muy duro. Pienso que fue una experiencia muy dura.
Con
17 años llegé a Barcelona. Aquí encontré de todo, de mejor y de
peor, hasta en un sitio tener la llave de la despensa cerrada por
locual estabamos pasando hambre, lo mismo mis compañeras y yo,
apesar de que eran unos señores muy ricos però muy ruines. Duró
como un año después de varias quejas nos fuimos mi compañera y yo.
Después
estuve en otra casa durante seis años y, allí, con el respecto que
se merecían ellos y yo, pasamos nuestra vida juntos. Fue muy bonito,
pues éramos tres trabajadoras y el chofer. Yo estaba de cocinera
pero como me gustaban mucho los niños hacía mucho de todo. Los
niños querían estar conmigo a la noche, yo dormia con el niño
cuando los padres se iban de viaje. Era yo la que me hacia cargo de
ellos. En una ocasión, el niño hubo que operarlo y no estaban los
padres, y no quería a nadie más que a mí. Y pasé toda la
semana con él y así os hablaría de muchas cosas. Entre tanto yo me
puse novia con mi marido y ellos se preocuparon de ver qué tal
persona era. Así se hizo una relación entre todos.
Me
casé y la relación continuó, el niño estuvo mucho tiempo viniendo
a comer a casa. Todos los fines de semana.
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